2. Teoría, crítica y enseñanza: una práctica transdisciplinaria. Gloria Hernández

Teoría, Crítica y Enseñanza: una práctica transdisciplinaria

Gloria Hernández


En el momento actual, lo que llaman el contexto de la postmodernidad, en el post-socialismo “real”, el post-feminismo, en fin, en el post territorio de las transformaciones herederas del siglo XX, cuando el pensamiento científico lleva más de cincuenta años en el esfuerzo por no permanecer encerrado en el ámbito de las especialidades, podemos observar que tal proceso se aceleró notablemente a partir de la incursión de la tecnología digital, y con ello la globalización mediática y la circulación de la información. Es por eso que me parece de la mayor importancia no perder de vista lo que como consecuencia está sucediendo con la enseñanza.

Por fortuna los tiempos de las mutuas descalificaciones entre distintos territorios del conocimiento van quedando atrás, porque desde finales del siglo XX, se ha multiplicado el número de seminarios mutidisciplinarios que trabajan sus investigaciones desde la perspectiva de la transdisciplina, lo cual ha venido a ampliar los horizontes del conocimiento.

El área específica en donde me desempeño como docente e investigadora corresponde a las ciencias de la comunicación, se trata de un escenario científico que funciona a partir de una intensa actividad de traducción del conocimiento, desde y para otros territorios del saber; una manera breve de sistematizar el carácter teórico-holístico de las ciencias de la comunicación es ubicarlas como un conjunto, que en lo general, incluye a la semiótica, la retórica, la hermenéutica y a la informática, ésta última no sólo se refiere a las cuestiones tecnológicas, también implica desarrollar sistemas de análisis e interpretación, según la problemática a la que se enfrente el estudioso; ahora bien, como se sabe, las mencionadas áreas del saber son herramientas teórico-metodológicas afines a muchas ramas del pensamiento científico. Es por eso que esta reflexión adopta el punto de vista de la transdisciplina.

Por otra parte, los territorios en los que he podido incursionar de manera transdisciplinaria desde la docencia y la práctica profesional, son la historia del arte, las artes visuales y la crítica de arte.

Aclaremos que el enunciado transdisciplina, implica el ejercicio de la traducción, por tanto sugiere movilidad, así que quien la practica: transita, traslada, transforma y genera nuevo conocimiento.

Entonces, el ejercicio de la transdisciplina es primordial en el proceso de enseñanza-aprendizaje, pues ninguna especialidad es completamente autosuficiente y autónoma, esta situación se revela a través de la labor docente y del trabajo de investigación, pero muy especialmente sucede como escritura periodística de la crítica de arte. Porque es en la práctica profesional de la crítica de arte donde se puede tener el contacto con la realidad, no se olvide que en tanto la teoría, la investigación y la enseñanza no se resuelvan en utilidad social, no dejan de ser un ensayo en laboratorio. Entonces la virtud de la crítica de arte es ser territorio para el debate productivo, desde la valoración de la crítica respecto a los fenómenos histórico estéticos.

De esta manera se articula la siguiente triada: teoría, crítica y enseñanza, dando como un hecho que esta triple articulación de teoría y metodología, se sostiene en la cuestión histórica como necesario principio de la realidad.

Como ya se dijo antes, en la actualidad la producción de conocimiento y los procesos de enseñanza atraviesan por una intensa orientación hacia la práctica de la transdisciplina, porque si bien, en cierto sentido, es verdad que cuando se ingresa a una institución de educación superior, se elige una rama específica del conocimiento, también lo es, que la concepción de la universidad como un dispositivo del saber, tiene como propósito hacer concientes a los estudiantes de un universo de conocimiento lo más amplio e integral que sea posible.

Recordemos que, en general, las humanidades suelen coincidir en fortalecer la educación formal, mediante la enseñanza de la valoración de la crítica, que se traduce en un pensamiento reflexivo, analítico e interpretativo; por lo tanto, se puede afirmar que es en el ámbito de la docencia y su proceso de enseñanza-aprendizaje donde el ejercicio de la valoración de la crítica adquiere una dimensión de territorio de diálogos transdisciplinario.

Mi interés de traducción es poner en relación la teoría, la crítica y la enseñanza para abordar los objetos o temas de estudio, como procesos de comunicación, contenedores de discursos socioculturales, con el propósito de comprender la condición existencial del ser humano; porque a través de la información que produce una sociedad es posible comprender e incluso incidir en el funcionamiento de reguladores sociales como son el estado y el mercado, siempre y cuando se ejerza una práctica profesional desde la opinión pública, y mirando con detenimiento el asunto, la enseñanza y la crítica de arte son generadoras de opinión pública.

Tanto el docente como el crítico han de ejercer en su profesión la valoración de la crítica de los fenómenos estéticos y sus correspondientes contextos históricos; así que entonces concebir el objeto, el fenómeno o el movimiento artístico, como procesos de comunicación exige referentes de situación y circunstancia históricas; a este respecto la historiografía contemporánea apunta que, al estudiar y reportar la historia lo que se hace es observar observaciones de otras observaciones, e inevitablemente al mismo tiempo se van produciendo nuevas observaciones; esta es una cuestión que implica un constante proceso de comunicaciones, aquí tenemos un ejemplo de los muchos cruces de disciplinas, si consideramos la teoría, la historia y la enseñanza como una integración que desde el punto de vista del pragmatismo es indisociable de la crítica.

Ya instalados es el siglo XXI, tenemos que reconocer que el papel del docente ha sido notoriamente transformado, ha perdido paulatinamente aquella imagen inocente de ser fuente única del conocimiento; en el contexto de la globalización informática tanto el profesor como el crítico de arte se transforman en asesores, conducen, ayudan a discernir entre la inmensa cantidad de información existente a la que directamente acceden tanto el estudiantado como el público.

En conclusión, en el momento presente, es primordial que la educación contemple el contexto internacional globalizado y sus valores socio-políticos y estéticos; esto quiere decir que se requiere que el trabajo de la enseñanza se lleve a cabo con mirada incluyente y abierta al debate permanente; con perspectivas plurales para valorar el orden del arte y la sociedad; porque si comparamos las culturas locales con la global, la situación es radicalmente diferente, en cuanto a uso de tecnologías, en el proceso de aprendizaje y en la producción artística; así como en los discursos artísticos que vinculan arte y sociedad desde la labor de la crítica; por todas estas razones, entre la sociocultural local y la global lo mejor y más interesante parecen ser las mediaciones, los acuerdos entre disciplinas, así como logros en colaboración.


Septiembre 6 de 2007.

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